Todo sobre las carillas de porcelana

Siempre que se trata el tema de las carillas de porcelana, el ciudadano común tiende a pensar, únicamente, en el factor estético, desentendiéndose del que es, quizás, un ingrediente más importante aún: la funcionalidad.

Sin embargo, empecemos por tratar el tema estético de estas carillas. Disponen de una excelente perdurabilidad, gracias a la estabilidad del color, la buena aceptación por parte de los tejidos gingivales  y la muy buena resistencia al desgaste. Todo sobre las carillas de porcelana.

La “delgada línea” entre el factor estético y el funcional

En principio, podría pensarse que nos estamos refiriendo a asuntos que tocan con la funcionalidad y no con la estética, como lo habíamos anunciado en el acápite introductorio.

Sin embargo, es preciso aclarar que factores como la durabilidad y la adaptabilidad a los tejidos gingivales adyacentes que, también tocan con la funcionalidad de las carillas de porcelana, repercuten drásticamente en la apariencia de la carilla misma en el mediano y en el largo plazo.

Ahora, la excelente estabilidad del color se refleja en que, tanto la superficie interna como externa de la carilla, tienen una fluorescencia natural que refleja vitalidad de manera manifiesta.

Continuando con esta misma línea conceptual, digamos que estas carillas ofrecen una excelente resistencia a la abrasión y al uso excepcionalmente intenso, en comparación con las resinas compuestas, lo que repercute en la estética de la carilla en el mediano y en el largo plazo.

La porcelana es, considerablemente, mejor que muchos otros materiales utilizados en Odontología, dado que dispone de una excelente estabilidad de color.

Para referirnos a este respecto en términos más claros y sencillos, digamos que la porcelana no se decolora ni se torna amarillenta con el paso de un tiempo prudencial.

La excelente funcionalidad de las carillas de porcelana

Además de las características ya aludidas, que tocan tanto al ingrediente estético como al funcional, es bien importante tener en consideración que estas carillas son biológicamente aceptables por parte de los tejidos blandos circundantes.

La superficie de porcelana altamente glaseada, presenta mucho menos probabilidades para la acumulación de placa bacteriana, en relación con otros materiales cerámicos utilizados en Odontología. Además, la restauración de la cerámica no absorbe los fluidos orales y no se decolora.

En lo que toca, esta vez, a la resistencia a la abrasión, digamos que es muy superior a la de las resinas compuestas, en razón de lo cual se le está utilizando con mayor frecuencia.

Veamos, ahora, lo referente a la fuerza de unión. Los tratamientos con carillas, sin tallar el diente, han sido posibles (como ya lo habíamos anotado) a los adelantos alcanzados en los sistemas de adhesión. Pero, también se debe a los avances logrados en el tema de la unión de la porcelana con el tejido dental original.

La unión de las carillas laminadas de porcelana a la superficie del esmalte, es considerablemente mayor que en cualquier otro sistema Veneers.

Concluyendo de momento, digamos que el tratamiento con carillas de porcelana ha sido posible, gracias a los avances alcanzados en lo que respecta  a los sistemas de adhesión y de la unión de la porcelana con el diente.